miércoles, 3 de febrero de 2016

La fotografía estereoscópica

Se define a la fotografía estereoscópica como la creación de una ilusión de tridimensional a partir de un par de imágenes en dos dimensiones. Se parte del principio de que los seres humanos son capaces de percibir dos imágenes de una misma realidad (una para cada ojo) aunque con una perspectiva diferente derivada de la distinta ubicación de los ojos en la cara. Es el cerebro el que se encarga de mezclar estas percepciones y de dar la sensación de profundidad con la información proporcionada.


Para crear de forma artificial estas imágenes, en 1850 se diseño una máquina fotográfica con dos objetivos capaz de tomar dos fotografías a un tiempo que simulaban las diferentes perspectivas que podrían tener los ojos humanos. Un ejemplo sería esta vista de la calle de Toledo de Madrid, conservada en la colección del Museo de Historia de la ciudad.




Tal y como se aprecia en la imagen, una buena fotografía estereoscópica debía tener algún motivo en primer plano, que permitiera percibir la profundidad de la imagen. Al revelarse, las dos imágenes se disponían una al lado de la otra con unas medidas estándar para poder ser acopladas a un visor especial. Este visor, más o menos sofisticado, hacía que cada imagen fuera percibida únicamente por un ojo,


encargándose el cerebro de procesar la información de las dos fotografías, tal y como sucede con la vista normal, para juntarlas en una única imagen tridimensional que, remotamente, podría parecerse a esto.