Se define
a la fotografía estereoscópica como la creación de una ilusión de tridimensional
a partir de un par de imágenes en dos dimensiones. Se parte del principio de
que los seres
humanos son capaces de percibir dos imágenes de una misma realidad (una para
cada ojo) aunque con una perspectiva diferente derivada de la distinta
ubicación de los ojos en la cara. Es el cerebro el que se encarga de mezclar
estas percepciones y de dar la sensación de profundidad con la info rmación proporcionada.
Para
crear de forma artificial estas imágenes, en 1850 se diseño una máquina
fotográfica con dos objetivos capaz de tomar dos fotografías a un tiempo que
simulaban las diferentes perspectivas que podrían tener los ojos humanos. Un
ejemplo sería esta vista de la calle de Toledo de Madrid, conservada en la
colección del Museo de Historia de la ciudad.
Tal y como se aprecia en la imagen, una buena fotografía estereoscópica debía tener algún motivo en primer plano, que permitiera percibir la profundidad de la imagen. Al revelarse, las dos imágenes se disponían
una al lado de la otra con unas medidas estándar para poder ser acopladas a un visor
especial. Este visor, más o menos sofisticado, hacía que cada imagen fuera percibida
únicamente por un ojo,
encargándose el cerebro de procesar la info rmación de las dos fotografías, tal y como
sucede con la vista normal, para juntarlas en una única imagen tridimensional
que, remotamente, podría parecerse a esto.
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