miércoles, 28 de mayo de 2025

La nueva web de memoriademadrid

La nueva web de memoriademadrid

Después de casi un año de trabajos y de no poder añadir por esta causa nuevos documentos a nuestra biblioteca en los últimos meses, el 2 de junio de 2025 publicamos la nueva versión de la página web de la Biblioteca Digital memoriademadrid. La nueva web presenta importantes diferencias con nuestra antigua página, heredera de la publicada el 2 de junio de 2008 para conmemorar los acontecimientos del 2 de mayo de 1808.

Las webs de memoriademadrid


Desde ese momento la Biblioteca digital ha contado con tres diferentes páginas  alimentadas por una misma base de datos (Vargas, en sus distintas versiones), que fue desarrollada ex profeso para la biblioteca. Vargas era capaz de gestionar con mucha flexibilidad documentos de muy diferentes características, tipología, procedencia o grado de descripción. A la vez, organizaba el flujo de trabajo interno de la digitalización de los documentos de manera fácil y accesible. Todo ello desde una misma herramienta.

Vargas, nuestro sistema de gestión hasta el día de hoy


No obstante, el grado de complejidad alcanzado por la biblioteca, la necesidad de contar con un mecanismo de preservación digital compatible e integrado en el sistema municipal y diferentes problemas derivados de la obsolescencia y de la vulnerabilidad de Vargas (casi 18 años en activo, ya en la mayoría de edad) ha hecho inevitable cambiar el sistema por otro más adaptado a las nuevas necesidades, tanto bibliotecarias como de nuestros visitantes, cada vez más acostumbrados al uso de nuevas herramientas digitales.

En toda gran mudanza algo se pierde y echaremos de menos muchas utilidades de nuestro Vargas (¡ay, esa posibilidad de poder generar webs independientes!), pero también ganamos infinidad de nuevas formas de hacer llegar a todos los interesados nuestros fondos documentales y de preservar todo este archivo digital.

A continuación, pasamos a explicar seis de estas grandes novedades (hay más) de la nueva web de la Biblioteca Digital memoriademadrid y del patrimonio documental histórico y artístico conservado en las Instituciones de la Memoria del Ayuntamiento de Madrid. No hay que olvidar que la web se presenta en edición BETA, lo cual quiere decir que, además de encontrarnos en pruebas, es posible implementar nuevas mejoras y corregir errores.


Consulta a texto completo (OCR)

Sólo por esto merecía la pena cambiar de gestor. Aunque esta utilidad ya existía en la anterior web, se ha renovado por completo y mejorado de forma notable la manera de localizar información en los documentos textuales presentes en nuestros catálogos. Gracias a la tecnología Elastic search, es posible encontrar en pocos segundos la información deseada. Simplemente hay que marcar la opción "Texto completo (OCR)" de la Búsqueda básica de nuestro catálogo e introducir un término o una frase:


Entre los resultados aparecerán aquellos relacionados con la búsqueda. Pulsando sobre ellos, el documento se abrirá sobre la página donde se haya localizado la información:

Si haces esta misma consulta desde el buscador avanzado, además podrás delimitar tus hallazgos por fecha, título, materia, etc. haciendo uso de los desplegables y añadiendo etapas de búsqueda (+). 

En una segunda fase de desarrollo de la página tendremos un buscador específico de OCR a vuestra disposición.


Cartografía municipal

Gracias a la colaboración con el Geoportal del Ayuntamiento de Madrid, los documentos relacionados con un lugar en concreto de nuestra ciudad se mostrarán sobre la cartografía del Ayuntamiento de Madrid. De este modo, la Biblioteca ya no depende de servicios externos como Google o Leaflet, sino que pasamos a aprovechar recursos propios.

Y no sólo utilizaremos cartografía municipal sino que será posible ver documentos sobre planos de época procedentes de nuestros archivos y georreferenciados por el Geoportal. En primera instancia utilizaremos el plano de Texeira (siglo XVII) y el de Espinosa de los Monteros (siglo XVIII).



En sucesivas fases de desarrollo de la web se incorporarán nuevos planos históricos para poder mostrar sobre ellos documentos de todas las épocas.


Línea de tiempo

Se ha puesto a disposición del visitante una sencilla línea de tiempo que muestra cronológicamente los años de creación de los documentos presentes en nuestro catálogo, desde el más antiguo al más moderno.



Visores específicos para cada clase de documento

Las fichas documentales de los documentos presentes en nuestra web se ven acompañados de visores específicos para cada clase de documento, por lo que no es necesario realizar ningún tipo de descargas para contemplarlos en su integridad. Contamos con nuevos visores de imágenes, PDF, video, audio, 3D, etc. 


Filtros documentales

Una vez realizada una consulta, es posible aplicar filtros que nos permitan localizar mejor el tema de nuestro interés. De esta manera podremos filtrar los resultados de nuestras búsquedas por institución, tipo de documento, lugar, autor, materia, etc.



Peso de descargas ilimitado

Nuestra anterior plataforma tendía a caer cuando se solicitaba la descarga de un documento de mucho peso, con los consiguientes problemas y frustraciones para todos. Gracias a nuevo gestor, ya no existen estas limitaciones, por lo que se espera que las descargas sean siempre limpias.


¿Qué utilidad echas en falta?

Ponte en contacto con nosotros a través de bdigitalmemoria@madrid.es para contarnos tus impresiones de la nueva página web y dinos si existe alguna utilidad o servicio que creas que debería proporcionar la página. 


Muchas gracias por tu colaboración.

jueves, 1 de mayo de 2025

Quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos

Quiénes Somos

La Biblioteca Digital memoriademadrid es una institución cultural dependiente del Servicio de Tecnología, Innovación y Accesibilidad de la Dirección General de Archivos, Bibliotecas y Museos del Ayuntamiento de Madrid. Tiene entre sus competencias la digitalización, la preservación y la difusión, a través de internet, del patrimonio documental, bibliográfico, museístico, arquitectónico y monumental conservado por el Ayuntamiento de Madrid a lo largo de su historia.

Ubicada en el Centro Cultural Conde Duque, la Biblioteca Digital memoriademadrid aprovecha la cercanía con la mayoría de las instituciones culturales municipales para llevar a cabo la digitalización masiva de sus fondos con un doble objetivo: apoyar a la conservación de este rico legado y su difusión a través de www.memoriademadrid.es, siempre desde una perspectiva que no excluya lo lúdico. 

      

De dónde venimos

Qué mejor manera de conocer nuestros orígenes que a través de una línea de tiempo en la hemos ubicado los principales acontecimientos que nos han llevado donde actualmente estamos.



La iniciativa para la creación de un portal que difundiera la memoria histórica de la ciudad, enmarcada en las actuaciones recogidas en la publicación "Madrid 2012: ciudad en red", surgió en 2008. El objetivo era "compartir con los ciudadanos de Madrid la memoria histórica y cultural de la ciudad".​ De esta manera, una de las líneas de actuación acometidas fue la digitalización del patrimonio conservado en las instituciones dependientes del Área de Gobierno de Las Artes, Deportes y Turismo, como el Archivo de Villa, la Hemeroteca Municipal de Madrid, la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid, la Biblioteca Musical Víctor Espinós, la Imprenta Municipal, el Museo de Historia de Madrid o el Museo de San Isidro. 

El objetivo que se pretendía alcanzar con la digitalización era, por un lado, mejorar la conservación del patrimonio bibliográfico y documental y, por otro, contribuir a su difusión en la red, no limitada a un público erudito e investigador, sino a los ciudadanos que sientan curiosidad por la historia de Madrid.

A dónde vamos

El portal www.memoriademadrid.es se puso en marcha en 2008 con el impulso dado por la conmemoración de la Guerra de la Independencia Española para el que se digitalizaron y publicaron diversos fondos procedentes de las instituciones ya mencionadas, gracias a la subvención recibida por el Plan Avanza del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. El aspecto lúdico no se descuidó realizándose, entre otras cosas: la exposición virtual "Madrid 1808: ciudad y protagonistas"; una zona de descargas con curiosidades como la tipografía "Ibarra Real" implementada para ordenadores; o la adaptación de un juego de naipes del siglo XIX conservado en el Museo de Historia de Madrid al entorno virtual.​

A partir de entonces, se han acometido planes de digitalización anuales; se han publicado especiales conmemorativos, como el del centenario de la Gran Vía; y se han preparado exposiciones y visitas virtuales a edificios emblemáticos de la ciudad, como el Templo de Debod y la Ermita de San Antonio de la Florida. 

Durante estos años se han establecido además proyectos de colaboración que han ayudado al crecimiento de la colección, como el suscrito entre la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid y la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes para el desarrollo del portal Teatro Clásico Español, el firmado entre la Hemeroteca Municipal y el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para aportar fondos a la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, o el convenio entre el Archivo de Villa y el CSIC para la digitalización del padrón municipal y su inclusión en el proyecto HISDI-MAD.

Otro de los proyectos que lleva adelante es Memoria de los Barrios que consiste en la digitalización, de fotografías y otros documentos en manos de la ciudadanía susceptibles de aportar información acerca de la historia y los habitantes de los barrios de Madrid. Se realiza en colaboración con la Red de Bibliotecas Públicas Municipales de Madrid.

Además, se han abierto varios canales de difusión a través del blog y perfiles en redes sociales como Facebook, X -antes conocida como Twitter-, Youtube e Instagram desde los que interactuamos con el público.

La Web de memoriademadrid

En un mundo digital en el que, como ciudadanos, demandamos cercanía e inmediatez por parte de las instituciones, la Biblioteca Digital memoriademadrid adquiere un papel protagonista en la conservación y difusión del patrimonio generado por el Ayuntamiento de Madrid y los organismos que lo conforman, con especial atención a los de tipo histórico y cultural. Al poner a disposición de los usuarios una colección creciente de documentos de libre acceso, eliminamos barreras y fomentamos el conocimiento, la investigación y la curiosidad.

Nuestros objetivos son claros: continuar con el trabajo realizado con campañas para transformar los kilómetros de papel que se custodian almacenados en los depósitos municipales en objetos digitales y ponerlos así, a golpe de clic, a disposición de todo tipo de usuarios, así como satisfacer sus peticiones puntuales y concretas. No nos podemos olvidar de otras vías en las que transitamos y que ponen en valor los materiales que digitalizamos: buscar y lanzar proyectos novedosos, originales y actuales que nos permitan asimismo avanzar y profundizar en distintas áreas, modelos y fórmulas del saber en colaboración con la sociedad.

Bibliografía

PEDREIRA CAMPILLO, G y SANZ VILLA, J.R.: “Memoria de Madrid: Biblioteca Digital para la difusión integral del Patrimonio Cultural”. Contenidos Digitales Locales: modelos institucionales y participativos organizados por ANABAD Murcia, 3 de diciembre de 2010.

PEDREIRA CAMPILLO, G.: “La preservación en la Biblioteca Digital memoriademadrid”. Jornada sobre la preservación del patrimonio Digital celebrada el 11 de octubre de 2018 en la Biblioteca Nacional de España.

SANZ VILLA, J.R. y PEDREIRA CAMPILLO, G: “La Biblioteca Digital memoriademadrid: desarrollo y estrategias de difusión cultural”. VI Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas. Burgos, 2012.

PEDREIRA CAMPILLO, G. y SANZ VILLA, J.R.: “Las colecciones fotográficas en la Biblioteca Digital memoriademadrid”. Archivos fotográficos en Madrid.  Biblioteca de Estudios Madrileños, LIX Ciclo de Conferencias. Madrid, 2022.

Otros recursos: La Biblioteca Digital memoriademadrid (2018). [video] ; Digitalizar la historia para divulgar también es un servicio público (2021). [video] ; La biblioteca Digital memoriademadrid (2024). [video] ;

Preservación, difusión y reutilización de los contenidos digitales de una administración pública (2025). [video]


viernes, 18 de octubre de 2024

La UVA de Hortaleza

Texto: Bárbara Gómez García.

UVA: Unidad Vecinal de Absorción. Este es el nombre que se dio a las viviendas creadas en los años 60 en Madrid para realojar temporalmente a quienes vivían en infraviviendas, muchas de ellas en terrenos donde se realizaban proyectos urbanísticos como la construcción de la M-30.

Tras la Guerra Civil el chabolismo se había acentuado en la capital por la migración de familias que abandonaban el núcleo rural para buscar trabajo en el ámbito industrial y urbanístico de las grandes ciudades como Madrid. Sin embargo, el primer problema con el que se iban a encontrar era la falta de vivienda donde alojarse, ya que con la devastación de la guerra existía un alto déficit de residencias para la población más vulnerable. Esta será la doble cara de un mismo fenómeno: un Madrid que busca el desarrollo urbanístico pero que no posee residencias para los obreros necesarios para realizar las obras y que se asentarán en los mismos terrenos periféricos donde se realizaban estos proyectos. 

Fiestas de la Primavera en el barrio de la UVA de Hortaleza

Fiestas de la Primavera en el barrio de la UVA en 1977. Fotografía compartida por José Luis López para Memoria de los Barrios.

En este contexto el Instituto Nacional de Vivienda encomendó a la Obra Sindical del Hogar un plan de promoción de vivienda pública en 1963. Bajo el lema “Crear con prisa, romper sin daño”, la novedosa iniciativa se desarrollaría simultáneamente en seis territorios ubicados en la periferia madrileña: Fuencarral, Canillejas, Vallecas, Pan Bendito, Villaverde y Hortaleza. De acuerdo con la documentación oficial[i], dicha iniciativa afectó a 6.586 viviendas y a 30.000 personas. La premisa consistía en construir con carácter de urgencia viviendas de tipo social y renta limitada en construcciones desmontables y prefabricadas, para su posible reutilización posterior en otros lugares, hasta el realojo de las familias en sus viviendas definitivas. De esta manera se podría construir viviendas de edificación nueva en los lugares iniciales de chabolistas, revalorizándose los terrenos urbanísticos.

Fernando Higueras (artífice de la Corona de espinas de Ciudad Universitaria) y su socio Antonio Miró tenían unas instrucciones muy claras: cuatro días para presentar el anteproyecto, dieciocho para el proyecto definitivo y sólo tres meses para construir 1.100 viviendas de una planta en Hortaleza, sin salón, con aseos comunitarios y realizadas con sistemas prefabricados para posibles futuras reubicaciones. Además, debía incluir servicios como una escuela, una iglesia, un edificio administrativo, un centro médico, una guardería y centros comerciales.[ii]

Niños junto a torre de alta tensión delante del colegio de la UVA
Niños junto a torre de alta tensión delante del colegio de la UVA en 1977. Imagen compartida por José Luis López para Memoria de los Barrios.

Sin embargo, Higueras tenía claro que “resolver de una manera provisional el problema del chabolismo era acrecentarlo e intentamos y conseguimos, construir las viviendas con materiales tradicionales y de larga duración”[iii], por lo que optó por una construcción permanente compuesta de materiales tradicionales en forma de corrala, con todos los servicios en su interior y llenas de vida en el exterior. Consiguió un lugar cargado de humanidad donde se habitaba y se vivía.

España no era un país con tradición de construcciones prefabricadas como Estados Unidos o Alemania, ¿se podía entonces realizar el proyecto con dichas instrucciones en tal vertiginosa escasez de tiempo? Higueras y su equipo decidieron que no era posible, por no contar con los medios para la prefabricación, ni necesario en un país de amplia experiencia en la construcción tradicional, más rápida y económica de llevar a cabo. La prefabricación sólo provocaría la llegada a Madrid de más albañiles conocedores de la susodicha técnica, acentuando el mencionado problema de la infravivienda, y restaría calidad de vida a las familias realojadas.

Mayorets en las fiestas de la Primavera del barrio de la UVA de 1977
Mayorets en las fiestas de la Primavera del barrio de la UVA de 1977. Fotografía cedida por Jose Luis López para Memoria de los Barrios.

La construcción se realizó adaptándose a los desniveles del terreno para no perder tiempo en realizar movimientos de tierra y con dos plantas para duplicar el número de viviendas en el mismo espacio ocupado. Se eligió un esqueleto de perfiles de acero que separaría las viviendas del suelo para evitar humedades. El cubrimiento se realizó con ladrillo, yeso y hormigón, materiales y técnicas que cualquier albañil conocía y podía ejecutar de manera rápida y eficaz. Las galerías exteriores de acceso a las viviendas se convertirían en espacios intermedios, entre públicos y privados, que permitían a los vecinos sentarse, a los niños jugar y convertirlo en un jardín lineal lleno de macetas.[iv]

Baile regional en las fiestas de la Primavera de la UVA de 1977.
Baile regional en las fiestas de la Primavera de la UVA de 1977. Imagen cedida por Jose Luis López para Memoria de los Barrios.

La UVA de Hortaleza nació como temporal para cinco años y se convirtió en permanente y definitiva. Premiada internacionalmente en 1969 en el X Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos celebrado en Buenos Aires[v] como uno de los “12 poblados más humanos del mundo” y reconocida por arquitectos como Le Corbusier o Louise Kahn, su proeza y reconocimiento jugaron en su contra, haciendo que los plazos de reubicación se demoraran. 

60 años después, es la única de las seis UVAs que sigue aún en pie con familias esperando a su realojo, en unas viviendas que con el paso del tiempo fueron degradándose por la endeblez de los materiales, afectando con ello a las condiciones de vida de los residentes. La UVA de Hortaleza ha cumplido con creces su función, ahora es la ciudad de Madrid la que sigue teniendo una deuda con sus moradores.

Estado de la UVA de Hortaleza en 1999
Estado de la UVA de Hortaleza en 1999. Imagen cedida por Juan Antonio Gil Crespo para Memoria de los Barrios.



[i]       Ministerio de la Vivienda (1963). 6 Unidades vecinales de absorción en Madrid. Madrid: Ediciones del Instituto Nacional de la Vivienda.

[ii]      Oliván, F., Diagnóstico social de la Uva de Hortaleza. Ayuntamiento de Madrid, Madrid, 2023, pp. 6.

[iii]     Arquitectura 70, Separata de la revista dedicada a la obra de Fernando Higueras (octubre 1964).

[iv]    Fundación Arquitectura COAM, Guía de arquitectura de Madrid, febrero de 2014. Disponible en: https://guia-arquitectura-madrid.coam.org/#inm.F3.155A

lunes, 30 de septiembre de 2024

La Playa de Madrid

Texto: Carla González.

El Movimiento Moderno en el ámbito arquitectónico surgió como una respuesta a la necesidad de adaptarse a los cambios sociales, tecnológicos y culturales que se produjeron durante el siglo XX.

Le Corbusier, considerado el “padre de la arquitectura moderna”, se enfocó en la creación de la ciudad funcional, reconociendo a la arquitectura como un medio para establecer un urbanismo ordenado y ofrecer un gran abanico de posibilidades a los ciudadanos. También vio el ocio como uno de los símbolos de la modernidad, una auténtica revolución para la sociedad del momento.

Le Corbusier en su estudio.

Junto con el ocio como actividad, surgió el ocio como descanso, a lo que se sumó la idea del ocio en relación con los espacios verdes y los deportes. El ocio deportivo, a su vez se ligó al baño como práctica higienista. Fueron así surgiendo los baños y piscinas.

El Movimiento Moderno se conoció en España durante estos años gracias al primer libro de Le Corbusier. Un grupo de jóvenes arquitectos comenzaron a preocuparse por temas relacionados con el bienestar, la higiene de la vivienda. Atentos a las nuevas tendencias extranjeras y en la búsqueda de un nuevo lenguaje arquitectónico, intentaron crear un “arte capaz de cambiar la vida”, mientras que en las escuelas de Arquitectura la enseñanza continuaba al margen de la llegada de estas tendencias.

La Playa de Madrid
La Playa de Madrid


Manuel Muñoz Monasterio, autor de la Playa de Madrid, fue un arquitecto de una promoción lanzadera y coetáneo a García Mercadal o Gutiérrez Soto, todos ellos generación “horquilla” del cambio que se llevaría a cabo los años.

Una generación de arquitectos, que Javier Garcia-Gutiérrez Mosteiro denominó “Promoción Moya”, alineada durante sus primeros años con el profundo cambio que nuestra sociedad estaba experimentando y, por ello, con el movimiento moderno y racionalista, cuya introducción estaba siendo capitaneada por García Mercadal y el grupo GATEPAC, impactados por la personalidad de Le Corbusier.

La Playa de Madrid, vista aérea
Vista aérea de la Playa de Madrid


Es así como la llegada de la sociedad de masas a España y, en concreto, a Madrid, propiciaron la aparición del ocio de masas y la posibilidad de disfrutar del tiempo libre como una muestra más de la independencia personal por la que se comenzaba a abogar en estos primeros años del siglo XX.

Manuel Muñoz Monasterio, convertido en un arquitecto de enorme importancia por su capacidad para crear espacios de esparcimiento de las clases populares y con un enorme sentido social, se centró en la zona noroeste de la ciudad. El eje del Manzanares entre Madrid y el Pardo, se convirtió en su principal lugar de actuación en lo que a la creación de instalaciones deportivas se refería, desarrollando así la “Playa de Madrid”, su posterior reconstrucción una vez finalizada la Guerra Civil y el Parque Sindical.

Pabellón de la Playa de Madrid (Revista Arquitectura)La Playa de Madrid
Pabellón de la Playa de Madrid en 1935 (Revista Arquitectura)


Monasterio, junto a otros importantes nombres como José María Entrecanales Ibarra, encargado de la parte hidráulica; Juan José Irala, figura a la que pertenecía el proyecto de iniciación y su director general don Miguel de Miguel o el ingeniero Carlos Tintoré, proyectó la “Playa de Madrid” aprovechando la maravillosa naturaleza que el nuevo territorio “Patrimonio de la Republica” ofrecía. Su idea inicial buscaba así, aprovechar todo lo natural que caracterizaba al lugar, buscando no dar sensación de una construcción claramente artificial, “no solo con la idea de la economía, sino con la de no dar sensación de una construcción sumamente artificiosa” como explicaba la revista A.C.

Pabellón de la Playa de Madrid
Pabellón de la Playa de Madrid en 1948 (Revista Arquitectura)


Un lugar de esparcimiento que ya se definía en la revista AS como:

“Un verdadero pequeño mar de agua dulce y limpia proveniente del Manzanares, purificada al batir en los peñascales serranos y perfumada por la brisa que cruza pinares y tornillos… Un rincón de ensueño en un escenario natural de belleza incomparable… Instalaciones arquitectónicas, modernísimas y confortables… El “jazzz”, trenzando su concierto, sincronizando con el concierto del aire, silbando en los álamos y en las encinas centenarias.

Playa de Madrid… Arenas limpias y menudas, que fulgen bajo el sol. Bañistas tímidos en las orillas y nadadores de alto bordo. Piraguas ligerísimas que cortan las ondas. Alegría “marítima”… Madrid. Playa”

AS.


La Playa de Madrid en la revista As (16 de agosto de 1932, Biblioteca Nacional)
La Playa de Madrid en la revista As (16 de agosto de 1932, Biblioteca Nacional)


Un conjunto de edificios e instalaciones deportivas de carácter social, administrativo de claro carácter racionalista acompañaba al embalse que albergaba el agua dulce de la playa. Obras lideradas por formas simples, líneas rectas y sencillos ornamentos, como las marquesinas, y acabados blancos combinados con el ladrillo visto. Una arquitectura caracterizada por una impecable sencillez, modernidad y armonía de las construcciones y su emplazamiento. Una obra, por tanto, relacionada a la estética imperante del momento y considerada por muchos historiadores un claro ensayo del proyecto de ocio planteado por el GATEPAC con la “Ciudad Verde del Jarama” o “Playa del Jarama”.

La Playa de Madrid en la revista AS
La Playa de Madrid en la revista AS (16 de agosto de 1932, Biblioteca Nacional)

Espacio que cultivó una amplia oferta deportiva, tanto de agua, donde se podía practicar piragüismo, remo-motor, wáter-polo, juegos náuticos, trampolín, carreras de “outboards”, concursos nacionales e internacionales de natación… como en las zonas de arena y jardines, donde los madrileños contaban con la posibilidad de practicar “golf” sintético, tenis y otros muchos deportes. Destacando también sus festivales diurnos y nocturnos, fiestas regionales, verbenas…

La Playa de Madrid en el siglo XXI
La Playa de Madrid en el siglo XXI

“La mayor playa artificial de Europa” abrió sus puertas al público el sábado 13 de agosto de 1932. Una fiesta inaugural que contó con grandes festejos náuticos, como la presentación de seis nadadoras de Molitor de París, acompañadas de la primera medalla de oro del campeonato travesía del Sena e importante figura del mundo de la natación. Su acto inaugural tuvo lugar el día anterior que consistió en un banquete en el comedor de la piscina al que asistió la prensa, el alcalde del Pardo y varios concejales de su ayuntamiento, así como diversas autoridades del gobierno de la República y del Ayuntamiento de Madrid.

Arquitecto: Muñoz Monasterio
Arquitecto: Muñoz Monasterio


La “Playa de Madrid” fue un claro ejemplo de lo que fueron estos años en Europa y principalmente en España, una nueva concepción de sociedad, junto con unos nuevos hábitos se vieron claramente reflejados en la arquitectura del momento. Un lugar que ojalá hubiese llegado a nuestros días, un espacio que aglutino todo lo que el Movimiento Moderno supuso en esos primeros años del pasado siglo XX.

viernes, 6 de septiembre de 2024

Las lavanderas del Manzanares

Texto: Claudia del Cerro

En el Madrid del siglo XIX, ciudad en donde discurre el río Manzanares, tiene lugar una actividad esencial, desempeñada por un grupo de mujeres cuya labor, en ocasiones, pasa desapercibida. Estamos ante un conjunto de mujeres que ven su vida reflejada en las aguas del río, puesto que se reunían allí para lavar la ropa de toda la ciudad. Por esta razón, este blog busca adentrarse en la vida de aquellas lavanderas con el objetivo de mostrar un capítulo importantísimo dentro de la historia de Madrid.

Lavadero del Manzanares (Museo de Historia, Inv. 8397)
Lavadero del Manzanares (Museo de Historia, Inv. 8397)


Lo cierto es que las lavanderas no contaban con la misma recepción en el mundo rural que en las grandes ciudades. En el mundo rural esta actividad aún no estaba plenamente reconocida como otro oficio cualquiera; y en cuanto al espacio del lavadero, continuaba sin ser concebido como una instalación municipal de uso gratuito, a diferencia de lo que ya ocurría en las ciudades.

Por el contrario, en las ciudades confluyen 3 categorías distintas de mujeres lavanderas:

En primer lugar, aquellas que lavan ropa de su familia como parte de la labor doméstica; en segundo lugar, aquellas que lavan ropa perteneciente a la familia para la que trabajan; y por último, aquellas que acuden semanalmente para realizar el lavado de ropa de familias o procedentes de instituciones, que al mismo tiempo, pertenecen a una organización de recibimiento y entrega rápida.

Lavanderas del Manzanares (Memoria de los Barrios)
Lavanderas del Manzanares (Memoria de los Barrios)

De manera que, el trabajo de lavandera era una ocupación precaria como tantas otras para la mujer de la época. Esto se debe principalmente a las difíciles condiciones a las que estaban sometidas, ya que implica grandes esfuerzos a cambio de pequeñas ganancias, además, era frecuente la contracción de enfermedades bronco-respiratorias, como resultado de largas jornadas con las rodillas expuestas a las orillas del río.

En definitiva, este oficio acaba conformando un arduo trabajo físico para las mujeres, entre otras cosas, a causa del traslado diario de un gran volumen de ropa. Todo ello conforma una carga social negativa en torno a la actividad de las lavanderas, pues al contrario que los hombres, el hecho de realizar tal esfuerzo físico penalizaba la figura de la mujer, al no seguir el canon femenino de aquel momento.

Lavadero del Puente de Toledo (Archivo ABC)
Lavadero del Puente de Toledo (Archivo ABC)

Dejando a un lado la situación laboral de las lavanderas, debemos hacer mención a sus hijos, que estaban muy unidos a ellas, ya que eran quienes les acompañaban en el transcurso de largas jornadas de trabajo. De modo que, la imposibilidad de acceso a la educación por parte de los hijos de las lavanderas, fue clave para la creación de una institución para el cuidado de los niños de aquellas mujeres, conocido como el Asilo de las Lavanderas.

La idea de edificar está construcción fue impulsada bajo el mandato de la Reina Victoria, fue fundado en el año 1872 y contaba con un aforo para 300 personas, facilitando de esta manera el día a día de las lavanderas.

Este lugar supone un antes y un después en la sociedad española, ya que fue considerada la primera guardería de España. Se encontraba ubicado en la actual Glorieta de San Vicente y se mantuvo durante un largo período de tiempo, hasta que fue destruído durante la Guerra Civil. Todos estos niños eran asistidos por la Compañia

a de las “Hijas de la Caridad” y además de atender a los hijos de las lavanderas, el asilo estaba abierto a cualquier individuo que se encontrase en situación de pobreza.

Recuerdo de las lavanderas de Madrid a Doña María Victoria (Biblioteca Histórica MB 514-7)
Recuerdo de las lavanderas de Madrid a Doña María Victoria (Biblioteca Histórica MB 514-7)

Finalmente, con la llegada de la canalización de las aguas a las viviendas tuvo lugar la transformación del lavado de prendas. Con ello, la contratación de personal externo pasó a un segundo plano, puesto que no eran imprescindibles y desde aquel momento, pasó a ser realizado en los hogares por una criada del servicio, o por el contrario, una lavandera acudía expresamente a las casas para desempeñar esta tarea una o dos veces por semana.

Asilo de Lavanderas en la Glorieta de San Vicente (Museo de Historia, Inv. 8384)
Asilo de Lavanderas en la Glorieta de San Vicente (Museo de Historia, Inv. 8384)


En resumen, este proceso de transformación del lavado en una tarea doméstica desencadena un gran cambio en la sociedad española del momento, ya que además de permitir ejercer el control sobre la ropa, nos anticipa esa mecanización del lavado, hecho que cambiará el transcurso de la historia. Sin embargo, con el paso del tiempo la profesión de lavandera irá careciendo de importancia hasta desaparecer, siendo una actividad que se mantuvo en el tiempo hasta comienzos del siglo XX y que tanto marcó la identidad del río Manzanares. 


Bibliografía

Sánchez Ceballos, A., (2014). El Manzanares y sus lavanderas. Pasea por Madrid: historia, turismo cultural y tiempo libre, (2),págs 34-39.

Sarasúa, C., (2003). El oficio más molesto, más duro: El trabajo de las lavanderas en la España de los siglos XVIII y XIX. Historia social, (45), págs 53-78

martes, 21 de marzo de 2023

El Día Mundial del Agua: Los aguadores de cuba

Texto: Juan Ramón Sanz Villa.

Un gesto habitual, intrascendente: ir a la cocina armado con un vaso y abrir un grifo para llenarlo y calmar nuestra sed. Y una vez saciados, cerrar el grifo, que nos esperará paciente hasta la próxima vez que tengamos que recurrir a él para lavarnos las manos, llenar una cacerola, fregar, tirar de la cadena o lo que se nos quiera ocurrir o necesitar. 

No siempre fue un gesto posible. De hecho, podemos poner fecha en Madrid al momento exacto en que pudimos empezar a realizarlo. Al menos el del origen de esta posibilidad, ya que todavía se tardarían varias décadas en conseguir que todos los madrileños pudieran tener agua corriente en sus pisos, o al menos en sus edificios. Nos situamos en el 24 de junio de 1858.

Inauguración de las obras del canal de Isabel II. Fotografía de Charles Clifford

Ese día, una multitud se reunió en la calle de San Bernardo para asistir a la inauguración de las obras del Canal de Isabel II, que traía el agua del rio Lozoya a Madrid. Frente a la iglesia de Montserrat se había instalado una fuente de considerables dimensiones, que luego se trasladaría primero a la Puerta del Sol, y a la glorieta de Cuatro Caminos después y que hoy todavía puede verse en la Casa de Campo de Madrid.

Un río puesto en pie. La fuente de la Puerta del Sol en 1860 MH 4009

De su potente surtidor brotaría “un río puesto en pie” según se lee en las crónicas del momento. A partir de este momento a red de canalización se extendería por toda la ciudad, por algunas partes antes que por otras. A finales del siglo XIX todavía había zonas donde el agua no llegaba. Y tampoco llegaba a los pisos más altos, ya que problemas con la presión del agua impedían que esta se pudiera levantar a una gran altura.

Botijero, con su cesta para los vasos. MH 7419.

Antes de eso cada madrileño tenía que aprovisionarse acudiendo a las fuentes públicas esparcidas por la ciudad y acarrear el agua a sus domicilios. Eso, o gastarse un dinero en contratar los servicios de uno de los profesionales más característicos de las ciudades durante el Antiguo Régimen: El Aguador.

Aguador de Madrid. MH 7789.


Había aguadores de muchos tipos. Tenemos los Aguadores ambulantes o botijeros, que portaban botijos o cántaros y cestas con varios vasos para dar de beber a los transeúntes. Los más sofisticados tenían una especia de bandeja con una o varias botellas que tenían diferentes sabores, ya que se les añadía anís o limón. Cada uno tenía su especialidad. Muchas veces se encontraban en lugares donde se congregaban multitudes como en las plazas de toros o en los puntos de mayor tránsito de la ciudad. Una evolución de este aguador la encontramos en los puestos conocidos como Aguaduchos, unos tenderetes fijos donde no sólo se podía consumir agua, sino también horchata natural, granizado de limón y, sobre todo, el agua de cebada y que en el siglo XX fueron sustituidos por kioscos o bares al aire libre.

Un aguaducho. Escena de la zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente. Obra de Ángel Lizcano y Monedero. MH 8221
Pero estos aguadores no realizaban el servicio público del reparto a domicilio. Ese trabajo lo realizaban los Aguadores de cuba. Un oficio durísimo que obligaba a sus profesionales a subir y bajar un sinnúmero de escaleras cargados con toneles de entre 20 y 40 litros de capacidad, independientemente de las condiciones climáticas del día. “Con lluvias, nieves y fiestas, siempre con la cuba a cuestas” se lee en este documento conservado en el Museo de Historia de Madrid, donde además vemos a varios de estos aguadores descansando en la Fuente de San Juan.

Con lluvias, nieves y fiestas, siempre con la cuba a cuestas. MH 2015/17/4

Y es que muchos grabados de la época nos los muestran sentados, de charla, jugando a las cartas o reparando su calzado alrededor de las fuentes, o sencillamente descansando mientras esperan su turno para rellenar su cuba y reanudar su trabajo. Acarreándola con la única ayuda de la albardilla, un trozo grueso de cuero almohadillado en su hombro izquierdo donde sostenían el peso. Muchas veces los vemos vestidos con traje típico asturiano, ya que según el estudio de Juan Jiménez Mancha Asturianos en Madrid: los oficios de las clases populares, casi el 95% de los aguadores eran asturianos y, de entre ellos, un 33% procedía de la localidad de Tineo.

Aguador. Grabado de la Ilustración Española y Americana MH 2003/17/118

Estos datos se conocen porque el Ayuntamiento de Madrid era quien concedía la licencia de aguador y hacía rellenar a sus solicitantes unos formularios donde se consignaban una serie de datos que facilitaran su reconocimiento por parte de los clientes y de las autoridades. Vemos por ejemplo los datos de Pedro de los Corrales para dar servicio en la Fuente de Capellanes. Además de su nombre y de su origen se consigna su estado civil (casado) edad (28), altura (cumplida), el color de su piel (trigueño), el de su cabello (negro), y el de sus ojos (pardos). A estos datos se les añade la forma de su nariz (regular) y una descripción de su barba (clara).


Expediente del Archivo de Villa 44-327-6

Seguimos a Juan Jiménez Mancha cuando dice que “Al no estar popularizado el uso de la fotografía, y menos para fines administrativos, se hacía necesaria una descripción lo más somera posible de quienes entraban de un modo continuo en la casi totalidad de los hogares”. Los aguadores llegaban a ser casi parte de la familia y la principal cualidad que les adornaba no era tanto su capacidad de trabajo o su fuerza, que también, sino su honradez.

La fuente de Puerta Cerrada», de Francisco Lameyer, mediados del siglo XIX Bellas Artes (Revista del Círculo de Bellas Artes de Madrid), 1927. Hemeroteca Municipal de Madrid

El Ayuntamiento determinaba además la cantidad de aguadores que podía soportar una fuente pública, en virtud del caudal que cada una pudiera tener y determinaba además el número de caños que cada fuente debía dedicar al consumo público y los que podían utilizar los aguadores. La Biblioteca Histórica conserva un reglamento de “Aguadores de número” que ordena e intenta prevenir los posibles conflictos surgidos del mal uso del agua de las fuentes públicas.

Reglamento orgánico para la matrícula, servicio y tarifas de los aguadores de número. Biblioteca Histórica Municipal, FM 1057


En el reglamento se consigna la forma de acceder a este puesto de trabajo, se prevén sanciones para aquellos aguadores que utilizaran otra fuente distinta a la inicialmente asignada. También se determina la cantidad de cubas que pueden rellenar (30 cubas de 33 litros en 1874) y la fianza que debían depositar para poder realizar su trabajo. Se menciona que las roturas o sequías de las fuentes no daban derecho al trabajador a ningún tipo de rebaja en el precio de las licencias. También se les obligaba a ponerse a disposición de la autoridad para suministrar agua en caso de incendio y de ayudar a los bomberos en su extinción.
John Todd. Aguador con sombrilla (1826). MH 2006/6/5

Se dedicaban al suministro público 22 fuentes, procedentes de 5 Viajes de agua diferentes. Algunas son fuentes de campanillas, monumentales, orgullo de la Villa, como puede ser la propia Fuente de Cibeles, dedicada al mismo tiempo a embellecer la ciudad y a dotarla de recursos hídricos. Otras fuentes son más modestas y apenas han dejado huella en la memoria popular, como la Fuente de la Calle del Soldado, del Viaje de la Castellana.

Aguador de la Fuente de Cibeles en Madrid. MH 3959 

Cada fuente tenía uno o dos encargados que, con el nombre de cabezaleros, organizaban el suministro a los aguadores asignados a ellas y prevenían los posibles conflictos que se podían dar con los vecinos, ya que estaba completamente prohibido entorpecer el paso de las aguas por los caños destinados a la vecindad. Leemos:

 “Los cabezaleros tiene la obligación de impedir que se laven ropas, verduras, cacharros, ollas o marmitas de rancho; que se bañen perros u otros animales, que abreven caballerías ni se arrojen inmundicias dentro de los pilones de las fuentes, conservando en ellos el agua, y haciendo que por los llenadores se limpien con la frecuencia necesaria.”

Trabajos de relleno de las cubas en la Fuente del Berro (1868)

Dice Jiménez Mancha que en 1924 quedaban todavía una docena de aguadores prestando servicio en la ciudad, cobrando muy caro su trabajo. Un trabajo que como el de las lavanderas, los serenos, los mozos de cuerda, los esportilleros, los carboneros, etc. acabó sucumbiendo al progreso a pesar de su enorme trascendencia para la ciudad.