Tal y como se deduce por su nombre es de Rusia de donde
proceden las primeras noticias de la existencia de las famosas montañas rusas
ya que en el siglo XVII en San Petersburgo existían unos grandes toboganes de
madera que se descendían con trineos deslizables sobre la nieve.
Montaña Rusa en San Persburgo. Vía http://rollercoaster.blogspot.com.es |
España no fue una
excepción a esta moda, siendo uno de los primeros ejemplos de montaña Rusa en
la ciudad de Madrid el que encontramos en los “Campos Elíseos” un parque de
diversiones situado en las afueras de la Puerta de Alcalá según proyecto
firmado en 1860.
Baile nocturno en los Campos Elíseos. Museo de Historia |
Se trataba de un gran complejo dedicado al entretenimiento que también
incluía plaza de toros, salones de baile, teatro, laberintos, estanques, etc. (Ver el plano en alta definición en http://bit.ly/237aeOr).
Proyecto de Campos Elíseos (1860). Archivo de Villa |
Disponemos de diversos testimonios que nos ayudan a comprender la
estructura de la montaña rusa, que como vemos en este detalle del plano se
disponía en un círculo perfecto de 60 metros de diámetro, cuyo interior se
aprovechaba para circo ecuestre, reñidero de gallos o plaza de becerros, según la
necesidad.
Detalle del Proyecto de Campos Elíseos. Montaña Rusa. Archivo de Villa. |
Este grabado, aparecido en el Periódico Ilustrado de mayo de 1865, nos
permite verlo con más detalle.
Gracias a este grabado comprobamos que la montaña rusa madrileña no difería mucho de la instalada previamente en los Campos Elíseos de Barcelona, cuya fotografía vemos a continuación.
Finalmente, la montaña rusa desapareció en 1872, víctima de la especulación inmobiliaria y del empuje del nuevo barrio de Salamanca, que acabaría absorbiendo a los Campos Elíseos, siendo su destino el desguace y su venta como material de derribo.
Diario Oficial de Avisos de Madrid del 23 de febrero de 1873. |
A partir de esa fecha (e incluso ya antes) encontramos en la prensa del
momento testimonios de diversas montañas rusas instaladas en las ferias de San
Isidro o en verbenas como la del Canal muchas veces noticia por causa de los
accidentes que en ellas se producían, o en proyectos finalmente no ultimados de
espacios similares al de los Campos Elíseos.
La Época 2
de diciembre de 1862
|
El Día del
16 de mayo de 1885
|
El Siglo Futuro del 28 de febrero de 1887 |
No será hasta julio de 1888 cuando se realicen nuevos intentos de
instalar una Montaña Rusa, más o menos permanente, en la ciudad tal y como
comprobamos en un fantástico expediente conservado en el Archivo de Villa en el
que se narran todas las vicisitudes de estas tentativas (ver el expediente completo en http://bit.ly/236UqLo). Alejandro Martín,
probablemente en nombre del inventor Julián de la Rúa, fue el primero en
intentarlo. Solicitó permiso para instalar una gigantesca estructura de 136
metros de largo por 7,5 de ancho en el Parque de Madrid, (actual Parque del
Retiro). No obstante su solicitud fue desestimada el 16 de agosto en parte por
no adjuntar plano a su proyecto y por no encontrar acomodo en el parque debido
a sus grandes dimensiones.
Proyecto de Montaña Rusa de Julián de la Rúa. Archivo de Villa |
Sin duda ya preparado para
esta negativa, ese mismo día 16 de agosto, Julián de la Rúa vuelve a solicitar
permiso para colocar su montaña rusa con arreglo al maravilloso plano que se
adjuntaba la solicitud y que podéis ver en alta definición a través de este enlace http://bit.ly/2kvYdqZ
En la solicitud se sugieren dos posibles ubicaciones: el Paseo de Recoletos frente a la Biblioteca Nacional, o el Paseo del Prado frente a la calle del Sordo. No hallo tampoco eco esta solicitud, denegada por los problemas que podía causar la instalación de esta gigantesca estructura en la vía pública: unos excesivos 910 metros cuadrados que el funcionario calcula de puño y letra sobre la misma solicitud de don Julián.
En la solicitud se sugieren dos posibles ubicaciones: el Paseo de Recoletos frente a la Biblioteca Nacional, o el Paseo del Prado frente a la calle del Sordo. No hallo tampoco eco esta solicitud, denegada por los problemas que podía causar la instalación de esta gigantesca estructura en la vía pública: unos excesivos 910 metros cuadrados que el funcionario calcula de puño y letra sobre la misma solicitud de don Julián.
Inasequible al desaliento, el
23 de octubre de la Rúa vuelve a la carga con una nueva solicitud sugiriendo
como posible emplazamiento un solar frente a la Montaña artificial del Retiro,
curiosamente conocida en aquella época como “Montaña rusa”, aunque nada tuviera
que ver con este tipo de entretenimientos.
Templete cabecera del recorrido. Detalle del Proyecto de Montaña rusa de Julián de la Rúa |
A punto estuvo de conseguirlo
esta vez. El delegado de arbolado dio permiso para su instalación poniendo como
condición que la construcción se ajustara al plano, se repararan los posibles
daños provocados en el arbolado y que todo se recompusiera en el momento de la
retirada de la estructura. No obstante, después de varios meses de discusiones,
en abril de 1889 la Comisión organizada al efecto finalmente no dio su visto
bueno a la instalación.
Plataforma circular para el cambio de dirección de los vagones. Detalle del Proyecto de Montaña rusa de Julián de la Rúa. |
Vagón de pasajeros. Detalle del Proyecto de Montaña rusa de Julián de la Rúa |
Los Jardines del Buen Retiro se habían convertido, tras la decadencia y desaparición de los campos Elíseos, en el jardín de recreo más importante de la ciudad y Ducazcal lo gestionó de 1876 a 1891. Disponía de teatro, quiosco de música, jardines, cafés, tiro de pistola, sala de juegos, etc.
Plaza de Cibeles y Jardines del Buen Retiro en el Plano de Madrid de Paluzie, 1896. Archivo de Villa |
De esta forma, la corporación
no halló más inconveniente que pedir una indemnización de 325 pesetas por la
tala de árboles necesaria para hacer sitio a la atracción, por lo que el
proyecto de la montaña rusa de Julián de la Rúa fue por fin una realidad, instalándose
entre el teatro de verano y las casas contiguas.
La Época. 25 de mayo de 1889 |
Estuvo en activo al menos
hasta noviembre de 1890, fecha a partir de la cual desaparece de la oferta de
atracciones de los jardines. No será hasta el 1 de mayo de 1891 cuando se
retomó el proyecto, probablemente con un nuevo diseño. Más tarde, la muerte de Ducazcal
propició la llegada de un nuevo arrendatario, José Jimenez Laynez, quien no
consideró oportuno mantener la montaña rusa entre las atracciones de los
jardines. No pervivieron estos mucho tiempo más, ya que en 1904 las Cortes
españolas se enajenaron y parcelaron la finca para pasar a convocar el concurso
para la construcción del palacio de Correos y Comunicaciones.
Imágenes: www.memoriademadrid.es, Museo de Historia de Madrid, Archivo de Villa, Hemeroteca Municipal de Madrid, Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de Madrid.
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