jueves, 11 de junio de 2020

La manifestación de la Sociedad Abolicionista Española en Madrid del 12 de enero de 1873

Aunque es completamente injusto juzgar a nuestros antepasados con valores éticos contemporáneos, también es verdad que en todas las épocas hay personas y asociaciones capaces de abstraerse de las opiniones comunes a su época, que fueron capaces de obrar según su conciencia, aliándose con luchas que poco a poco se iban convirtiendo en mayoritarias y que hoy serían juzgadas con todas las simpatías.


Manifestación de la Sociedad Abolicionista Española en Madrid del 12 de enero de 1873. Museo de Historia Inv. 19085

Hablamos, por ejemplo, de los miembros de la Sociedad Abolicionista Española, cuyas circunstancias se pueden rastrear en diversos documentos conservados en las Instituciones culturales del Ayuntamiento de Madrid. Uno de los más espectaculares es este grabado que retrata su manifestación más importante en las calles de Madrid el 10 de enero de 1873. Fue publicado en la parisina revista “Le Monde Illustré” del 1 de febrero de 1873 (Hemeroteca Municipal). También el Museo de Historia conserva una copia más moderna y coloreada.




Para explicar la imagen y ponerla un contexto, es necesario retroceder un poco en el tiempo. 


Casi había pasado una década de la finalización de la Guerra de Secesión, cuando el puertorriqueño Julio Vizcarrondo fundó en 1864 esta asociación contra la esclavitud. Antes, España no había sido especialmente combativa en la lucha contra esta práctica a pesar de haber firmado diversos tratados en 1817 y 1835, cumplidos a medias, pero que acabaron provocando su desaparición formal en 1837, aunque de hecho no había esclavos en el país desde 1766. Solo Cuba y Puerto Rico quedaron expresamente exentas de cumplir la norma. 





En su primer año de vida la Sociedad Abolicionista contaba con 700 asociados y una influencia creciente que contribuyó a que la trata de esclavos fuera declarada piratería en 1866. Sin embargo, tras el fracaso de la sublevación del cuartel de San Gil, el 22 de junio de ese mismo año, y la caída del Gobierno de O’Donnell, el nuevo gobierno moderado de Narváez paralizó la campaña de la Sociedad Abolicionista, obligando a la mayor parte de sus miembros, incluido su propio fundador, a expatriarse.



Meeting au Cirque Price, A Madrid. Museo de Historia (Inv. 2003/17/43)

Una nueva revolución, la de septiembre de 1868 que supuso el destierro de Isabel II y el comienzo del Sexenio democrático, provocó el renacer de la Sociedad Abolicionista. Incluso se llegó a constituir una Sociedad de Señoras bajo la iniciativa de la escritora Carolina Coronado. Se organizaron conferencias, mítines, certámenes literarios para presionar a las autoridades y alcanzar sus fines. Poco consiguieron, no obstante, a pesar de las promesas de los políticos, ya que en 1869 sus peticiones se vieron rechazadas en el Congreso. 



El cancionero del esclavo (Biblioteca Histórica Municipal, A 3997).
¿La razón? La revolución surgida en Cuba ese mismo año. “La insurrección estaba apoyada por un gran número de esclavos negros y Céspedes, uno de los principales responsables del levantamiento, había dado ya su decreto de abolición. Esto hizo que el Gobierno español dejara totalmente al margen el problema de la esclavitud en Cuba, aunque vio la necesidad de dar una solución al problema social en Puerto Rico” (ver Paloma Arroyo en La Sociedad Abolicionista Española, 1864-1886 )

La ley Moret, de julio de 1870, fue sólo un tímido avance ya que supuso la liberación de los nacidos a partir del 17 de septiembre de 1868; los mayores de 60 años;  los pertenecientes al Estado y los que estuviesen bajo su protección a título de emancipados y los que habían ayudado a las tropas españolas durante la insurrección cubana.



La libertad de los negros de Puerto Rico (Biblioteca Histórica Municipal, F 1750)

Cuenta Paloma Arroyo que “a partir de este momento se generalizaron los desórdenes. La prensa esclavista combatió con violencia al Gobierno y a los abolicionistas, a los que hacían responsables de las trágicas consecuencias que para las Antillas traería la abolición”. Tal es así que incluso se organizaron diversas asociaciones antiabolicionistas en varias ciudades españolas y reuniones al más alto nivel, como esta realizada en el Palacio de Liria de los "grandes de España opuestos a la liberación inmediata de los esclavos de colonias" publicada en Le Monde Illustré. 


Réunion, dans l'hôtel du duc d'Albe, des grands d'Espagne opposés à la libération immédiate des esclaves des colonies (Le Monde Illustré del 11 de enero de 1873, Gallica)



Y la Sociedad abolicionista contraatacó con la organización de esta manifestación. Se celebró el 12 de enero de 1873, dejando claro que no era exclusiva de ningún partido, aunque la iniciativa la había tomado la Tertulia Progresista. También recibió el apoyo de diversas cabeceras de prensa, como “La Discusión” cuyo estandarte vemos entre los asistentes. La manifestación fue multitudinaria y festiva, aunque como sigue sucediendo hoy en día, la prensa adversaria minimizó las cifras de asistencia  que oscilan entre los 1500 y los 3500 asistentes, según las fuentes, aunque muchos periódicos se limitan a observar que la presencia de público fue "muy numerosa". Fue acompañada, tal y como comenta en su brevísima crónica "La Correspondencia de España" por vistosos estandartes y por varias bandas de música.

La prensa conservadora se hace eco de que durante la marcha se interpretara repetidamente la conocida canción "Trágala" que los liberales españoles utilizaban para humillar a los conservadores absolutistas. Lo vemos en la bastante crítica crónica de "La Época"




La manifestación se vio acompañada de nuevos mítines, actos e incluso obras de teatro en favor de la abolición de la esclavitud.


Romper Cadenas. Obra estrenada en el Teatro Novedades el 14 de enero de 1873 (Biblioteca Nacional)



Y algo influirían todos estos actos en la opinión pública ya que por fin, la abolición de la esclavitud en Puerto Rico fue aprobada el 22 de marzo de 1873, un mes después de la abdicación del rey Amadeo de Saboya y de haberse votado la proclamación de la Primera República Española.
Amadeo I, Rey de España (Museo de Historia, Inv. 13271)
Para la liberación de los esclavos de Cuba, todavía se tuvo que esperar hasta 1888, si bien desde 1880 ya no se permitía la tenencia de nuevos esclavos. Poco después, la Sociedad Abolicionista española se disolvió, considerando alcanzados todos sus objetivos.

Texto: Juan Ramón Sanz

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