viernes, 6 de septiembre de 2024

Las lavanderas del Manzanares

Texto: Claudia del Cerro

En el Madrid del siglo XIX, ciudad en donde discurre el río Manzanares, tiene lugar una actividad esencial, desempeñada por un grupo de mujeres cuya labor, en ocasiones, pasa desapercibida. Estamos ante un conjunto de mujeres que ven su vida reflejada en las aguas del río, puesto que se reunían allí para lavar la ropa de toda la ciudad. Por esta razón, este blog busca adentrarse en la vida de aquellas lavanderas con el objetivo de mostrar un capítulo importantísimo dentro de la historia de Madrid.

Lavadero del Manzanares (Museo de Historia, Inv. 8397)
Lavadero del Manzanares (Museo de Historia, Inv. 8397)


Lo cierto es que las lavanderas no contaban con la misma recepción en el mundo rural que en las grandes ciudades. En el mundo rural esta actividad aún no estaba plenamente reconocida como otro oficio cualquiera; y en cuanto al espacio del lavadero, continuaba sin ser concebido como una instalación municipal de uso gratuito, a diferencia de lo que ya ocurría en las ciudades.

Por el contrario, en las ciudades confluyen 3 categorías distintas de mujeres lavanderas:

En primer lugar, aquellas que lavan ropa de su familia como parte de la labor doméstica; en segundo lugar, aquellas que lavan ropa perteneciente a la familia para la que trabajan; y por último, aquellas que acuden semanalmente para realizar el lavado de ropa de familias o procedentes de instituciones, que al mismo tiempo, pertenecen a una organización de recibimiento y entrega rápida.

Lavanderas del Manzanares (Memoria de los Barrios)
Lavanderas del Manzanares (Memoria de los Barrios)

De manera que, el trabajo de lavandera era una ocupación precaria como tantas otras para la mujer de la época. Esto se debe principalmente a las difíciles condiciones a las que estaban sometidas, ya que implica grandes esfuerzos a cambio de pequeñas ganancias, además, era frecuente la contracción de enfermedades bronco-respiratorias, como resultado de largas jornadas con las rodillas expuestas a las orillas del río.

En definitiva, este oficio acaba conformando un arduo trabajo físico para las mujeres, entre otras cosas, a causa del traslado diario de un gran volumen de ropa. Todo ello conforma una carga social negativa en torno a la actividad de las lavanderas, pues al contrario que los hombres, el hecho de realizar tal esfuerzo físico penalizaba la figura de la mujer, al no seguir el canon femenino de aquel momento.

Lavadero del Puente de Toledo (Archivo ABC)
Lavadero del Puente de Toledo (Archivo ABC)

Dejando a un lado la situación laboral de las lavanderas, debemos hacer mención a sus hijos, que estaban muy unidos a ellas, ya que eran quienes les acompañaban en el transcurso de largas jornadas de trabajo. De modo que, la imposibilidad de acceso a la educación por parte de los hijos de las lavanderas, fue clave para la creación de una institución para el cuidado de los niños de aquellas mujeres, conocido como el Asilo de las Lavanderas.

La idea de edificar está construcción fue impulsada bajo el mandato de la Reina Victoria, fue fundado en el año 1872 y contaba con un aforo para 300 personas, facilitando de esta manera el día a día de las lavanderas.

Este lugar supone un antes y un después en la sociedad española, ya que fue considerada la primera guardería de España. Se encontraba ubicado en la actual Glorieta de San Vicente y se mantuvo durante un largo período de tiempo, hasta que fue destruído durante la Guerra Civil. Todos estos niños eran asistidos por la Compañia

a de las “Hijas de la Caridad” y además de atender a los hijos de las lavanderas, el asilo estaba abierto a cualquier individuo que se encontrase en situación de pobreza.

Recuerdo de las lavanderas de Madrid a Doña María Victoria (Biblioteca Histórica MB 514-7)
Recuerdo de las lavanderas de Madrid a Doña María Victoria (Biblioteca Histórica MB 514-7)

Finalmente, con la llegada de la canalización de las aguas a las viviendas tuvo lugar la transformación del lavado de prendas. Con ello, la contratación de personal externo pasó a un segundo plano, puesto que no eran imprescindibles y desde aquel momento, pasó a ser realizado en los hogares por una criada del servicio, o por el contrario, una lavandera acudía expresamente a las casas para desempeñar esta tarea una o dos veces por semana.

Asilo de Lavanderas en la Glorieta de San Vicente (Museo de Historia, Inv. 8384)
Asilo de Lavanderas en la Glorieta de San Vicente (Museo de Historia, Inv. 8384)


En resumen, este proceso de transformación del lavado en una tarea doméstica desencadena un gran cambio en la sociedad española del momento, ya que además de permitir ejercer el control sobre la ropa, nos anticipa esa mecanización del lavado, hecho que cambiará el transcurso de la historia. Sin embargo, con el paso del tiempo la profesión de lavandera irá careciendo de importancia hasta desaparecer, siendo una actividad que se mantuvo en el tiempo hasta comienzos del siglo XX y que tanto marcó la identidad del río Manzanares. 


Bibliografía

Sánchez Ceballos, A., (2014). El Manzanares y sus lavanderas. Pasea por Madrid: historia, turismo cultural y tiempo libre, (2),págs 34-39.

Sarasúa, C., (2003). El oficio más molesto, más duro: El trabajo de las lavanderas en la España de los siglos XVIII y XIX. Historia social, (45), págs 53-78

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