martes, 19 de enero de 2016

Buscando a Miguel de Cervantes

Originalmente Publicado el 23 de Abril de 2015.

Miguel de Cervantes falleció en la casa que tenía arrendada en la calle del León un 22 de abril de 1616. Su sepelio fue consignado en el libro de difuntos de la iglesia parroquial de San Sebastián de Madrid la cual registraba de oficio el óbito de sus parroquianos. En aplicación de su testamento, fue enterrado en la primitiva iglesia del convento de San Ildefonso, de Trinitarias Descalzas al día siguiente, 23 de abril.

 Retrato de Miguel de Cervantes

Cervantes no estaba sólo. Consultados los Libros de defunciones se puede deducir que el total de inhumados en el período de 1612 a 1630, fecha a partir de la cual el Patronato de la iglesia decidió limitar el derecho de entierro en el recinto a quienes poseían una vinculación concreta con la iglesia,  ascienden a dieciocho: once o doce adultos (seis hombres y seis mujeres) y seis menores de 12 años.

 Iglesia y Convento de las Trinitarias y cripta subterránea

La primitiva iglesia del convento fue sustituida por el templo actual en unos trabajos que se iniciaron  en 1673, mientras que las obras del nuevo convento se acometieron a partir de 1698, desarrollándose en distintas fases hasta su conclusión definitiva en el decenio de 1730. Los trabajos de documentación de la excavación realizados por Francisco Marín Perellón permiten afirmar que la primitiva iglesia y la moderna simultanearon su existencia al menos treinta y siete años, los que median entre la consagración de la iglesia nueva y la demolición de la antigua para la segunda ampliación del convento. De este hecho se deduce que los restos de los inhumados en la iglesia primitiva fueron trasladados en una fecha aún por determinar a la nueva. Así pues, en ningún caso tendríamos en la actual cripta el enterramiento originario de Miguel de Cervantes.

 Nichos con inscripción de la cripta de la iglesia

Los cuerpos de los inhumados en la iglesia antigua de San Ildefonso fueron exhumados poco antes de 20 de diciembre de 1630 para dar cumplimiento a las cláusulas del Patronato. La vaga mención de su traslado “a donde haya lugar” no permite precisar dónde fueron inhumados de nuevo, pero lo fueron en todo caso dentro de los muros de la comunidad monástica.

Imagen de la excavación arqueológica

En 1730, la conclusión de las obras del convento, bóveda del Santísimo Cristo de la Piedad y el inicio de la tercera campaña de obras para la ampliación del convento, posibilitó que la actual cripta estuviera disponible para acoger los restos humanos de traslados de cadáveres habidos hasta la fecha. Aunque aún no se pueda determinar fehacientemente con documentos, hay que concretar que una vez acabadas las obras, se trasladaron a la nueva cripta los restos de los cadáveres exhumados en 1630 de la iglesia primitiva, custodiados hasta entonces por la comunidad.

 Ajuares de los enterramientos

La excavación del subsuelo de esta cripta desveló tres niveles de enterramientos, correspondientes a diferentes épocas. Los enterramientos del nivel 3, los más antiguos, aparecen esqueletizados y la mayoría presentan un estado de conservación deficiente. En efecto, en la esquina sureste de la cripta y a una cota de 135 centímetros bajo el enlosado y sobre roca madre, se documentó la presencia de una reducción de huesos (reducción 32) que podría ser compatible con el osario trasladado de la iglesia primitiva a la bóveda de la iglesia nueva según las fuentes documentales.

Reducción 32

Y es que junto a la reducción de huesos fueron recuperados otros materiales arqueológicos importantes de cara a la datación de la misma: fragmentos de tejidos (de indumentaria litúrgica integrada por estola, manípulo y casulla) datados en el siglo XVII y una moneda de 16 maravedíes de Felipe IV datada en 1660.

Maravedí de 1660

Gracias al estudio osteológico de los restos óseos de la reducción 32 se ha podido comprobar que, a pesar del estado de conservación de los restos, se trata de un Número Mínimo de Individuos (NMI) de diez adultos y cinco infantiles. El NMI de adultos se ha calculado en base al hueso frontal del cráneo y el NMI infantiles ha sido calculado en base al radio (en el recuadro de la imagen).

 Huesos de la reducción 32. En el recuadro, los cinco radios infantiles

De ellos, se han establecido que cuatro cráneos son de sexo masculino con seguridad, dos cráneos son posiblemente masculinos, aunque existen muy pocos indicadores; dos cráneos son de sexo femenino y, finalmente, otros dos cráneos son indeterminados ya que no se dispone de suficiente material para poder discriminar el sexo. Algunos huesos presentan signos degenerativos que podrían indicar su pertenencia a sujetos de avanzada edad. No obstante, no es posible establecer a priori asociaciones entre los diferentes huesos.

Craneos masculinos encontrados en la reducción 32

Estos datos derivados del estudio antropológico de los restos óseos de la reducción 4.2/32 son claramente compatibles con los del grupo de personas que estuvieron enterradas en la iglesia primitiva de las Trinitarias y fueron trasladadas a la cripta de la nueva iglesia en forma de osario. Entre esas personas se encontraba Miguel de Cervantes y su mujer Catalina Salazar.


Fotografías: Jaime de Linos, Gonzalo Tapia, y Javier Balaguer


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