Una vez superadas las desavenencias provocadas por el enfrentamiento
entre la España de Felipe II e Isabel I de Inglaterra, puede decirse que
las relaciones entre los dos países fueron relativamente amistosas a
principios del siglo XVII. Tal es así que, una vez llegado al trono
Felipe IV se mantuvieron conversaciones para concertar una alianza entre
los dos reinos sellada con el matrimonio de Carlos, Príncipe de Gales y
heredero del trono inglés con la infanta María de Austria, hermana del
rey español.
Justo cuando la idea empezaba a mostrarse como imposible de ejecutar
sucedió un hecho ampliamente documentado y novelado: la llegada a Madrid
del Principe de Gales, Carlos Estuardo que después de atravesar Europa a
caballo con la única compañía de dos servidores y del futuro Duque de
Buckingham se presentó en la residencia del embajador inglés en la Casa
de las Siete chimeneas el 17 de marzo de 1623. El Príncipe, harto de
esperar a que las conversaciones terminaran e imbuido de un romántico
espíritu caballeresco quería conocer a su pretendida novia, que le
recibió con una enorme frialdad.
Para agasajar a su ilustre huésped se celebraron una gran cantidad de
festejos, como el que ilustra este cuadro. A pesar de que el Príncipe
de Gales permaneció en Madrid casi seis meses en los que los tira y
afloja de las negociaciones estuvieron a punto de resolverse con éxito,
estas acabaron con un rotundo fracaso y Carlos finalmente se vería
obligado a volverse a Inglaterra sin su amada Infanta.
Veamos pues los detalles que se pueden extraer de este cuadro “Fiesta
Real en la Plaza Mayor de Madrid (1623) pulsando encima de los mismos.
Atribuido a Juan de la Corte expuesto en el Museo de Historia de Madrid
que reproduce, en perspectiva caballera, la Plaza Mayor de la ciudad con
motivo de los juegos ecuestres celebrados el 21 de agosto de 1623 en
honor de la entonces comprometida pareja.
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