lunes, 18 de enero de 2016

El desastre del pantano de Lorca (1802)

Originalmente Publicado el 1 de Marzo de 2010.


A principios del siglo XIX era costumbre adornar los abanicos con escenas que iban más allá de lo puramente ornamental. Estas escenas podían incluir retratos, paisajes urbanos e incluso escenas de carácter histórico. Uno de los ejemplos más curiosos es el de este abanico conservado en el Museo de Historia que retrata uno de los desastres que más impactaron en la sociedad de su tiempo: la rotura del pantano de Lorca del 30 de abril de 1802.


 Solamente 12 años después de su construcción, y debido a su deficiente edificación, el pantano de Puentes se derrumbó inundando Lorca tiñendo de luto y espanto a la población. El desastre causó 608 víctimas mortales, entre las cuales se encontraba el principal promotor de la obra Don Antonio de Robles. Se arruinaron más de 800 edificios, desapareciendo fábricas, tahonas, molinos, alfarerías, etc. Se puede ver una crónica de lo sucedido en el Diario de Madrid del 13 de mayo de 1802 (Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional).


 Nos hacemos una idea del desastre con esta imagen publicada en el periódico El Globo el 31 de Mayo de 1877 en la que se aprecia el enorme boquete abierto por la presión de las aguas en el murallón del pantano.


 Sin embargo la imagen más gráfica se conserva en este abanico donde la descripción del suceso llega a ser realmente minuciosa. Tanto que en el reverso el se recoge una leyenda con la explicación de cada una de las escenas identificadas de forma numérica. Entre ellas destacan:

1.- El Convento de San Diego, donde el agua no llegó a cubrir las ventanas del tercer piso, gracias a lo cual las monjas pudieron refugiarse en el tejado.



 2.- Ciprés donde “se liberto un hombre y vio llevar su casa y familia” y 3.- Terreno de salitre donde “se liberaron 20 personas”

4.- Estercolero donde se libertaron una mujer y dos hijos y 5.- “Ana Montañés que habiendo sido arrastrada por las aguas salió viva…”
O la propia brecha en el pantano retratada en dos momentos, una durante y otra después de la catástrofe






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