lunes, 18 de enero de 2016

Los grifos de la Cibeles

Originalmente Publicado el 15 de Diciembre de 2009.

Además de tener una función eminentemente ornamental, la fuente de la Cibeles fue concebida para que tuviera una finalidad práctica como fuente para el suministro de los madrileños que iban a ella con sus cántaros para aprovisionarse de agua potable. En un principio esta utilidad se iba a proporcionar a través de un surtidor con la forma de una jarra con un niño sentado encima, de la que brotaría el agua para uso público. Así se puede ver en el diseño original de la Cibeles firmado por Ventura Rodríguez, conservado primero en el Archivo de Villa y después en el Museo de Historia del Ayuntamiento de Madrid. Sin embargo, esta figura infantil no llegó jamás a realizarse, por lo que la fuente sólo sirvió como abrevadero para los animales durante los primeros 13 años de su existencia (1781-1794).




Para solucionar lo que era una demanda popular Juan de Villanueva propuso disponer en los costados de la fuente dos surtidores que arrojaran agua potable y que representaran además los emblemas heráldicos de la villa: un dragón y un oso. Para labrarlos se eligió el proyecto de Alfonso Giraldo Bergaz que tasó el dragón en 7.000 reales y el oso en 6.000 reales.


 El uso de los surtidores estaba reglamentado y reservado a según qué usuarios. Por un lado, los 50 aguadores asignados a esta fuente tenían el uso exclusivo del surtidor de la figura del oso, mientras que en el caso del dragón el aprovisionamiento era libre para todos los ciudadanos.



 En 1841 robaron el caño de bronce del que brotaba el agua por la boca del oso, rompiéndole la mandíbula, por lo que tuvo que ser reparado con un coste de 1.800 reales. Las figuras estuvieron en activo 21 años más hasta que se prohibió el uso público de la fuente y las dos figuras definitivamente retiradas.


 Mientras que el dragón fue emplazado en un almacén municipal para después ser ubicado en el patio de la Casa Cisneros en la Plaza de la Villa, para el oso se reservaba un destino más concurrido en el Parque del Retiro, concretamente en la zona de la Casa de Fieras. Incluso durante una temporada se situó dentro del recinto de los osos, tal y como se aprecia en esta foto de 1958.



 Finalmente ambas esculturas volvieron a encontrarse después de décadas de separación al ser ubicadas en su actual destino, el patio del Museo de los Orígenes, donde se encuentran expuestas junto con más figuras procedentes de otras fuentes del Paseo del Prado.




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