En 1998 la Biblioteca Histórica de
Madrid cedió al entonces Museo Municipal un álbum datado en 1880, cuyo
contenido estaba formado por una fotografía de la Casa de la Panadería,
en la Plaza Mayor de Madrid, junto con 14 acuarelas sobre cartulina. En
las primeras páginas de este álbum, se puede leer la siguiente
inscripción manuscrita:
“Copias de algunos de los frescos de la fachada de la 2.ª Casa
Consistorial de esta M. H. Villa. Las catorce acuarelas que contiene
este libro, son copia exacta de algunos de los frescos que existen en la
fachada de la segunda Casa Consistorial (…). Dichos frescos
desaparecerán dando lugar á otros que según dictamen de la Real Academia
de San Fernando serán pintados por el que sea referido en el concurso
que al efecto se abrirá"(1).
Dado lo inminente de las obras de
remodelación del edificio de la Panadería, la Real Academia de San
Fernando emitió un dictamen en el que se desaconsejaba la restauración
de los frescos de su fachada, como consecuencia de su deficiente estado
de conservación. Por esta razón se tomaron dos determinaciones. La
primera, convocar un concurso para elegir el pintor que ejecutara la
nueva decoración. La segunda, encargar a Manuel Fernández Sanahuja
que documentara las primitivas pinturas antes de su destrucción, para
dejar constancia de su existencia.
Las seis primeras acuarelas documentan
los frescos que se situaban en la fachada de la planta principal de la
Casa de la Panadería, que eran los que se encontraban en mejor estado.
La séptima, es uno de los costados del edificio. Las siguientes, que
representan a seis de las nueve musas, reproducen los que se ubicaban
en la segunda planta que, según se observa, estaban bastante
deteriorados. No tanto, en todo caso, como los de la tercera planta y
los de las torres de los dos pisos que, al no quedar prácticamente nada
de ellos, no se hizo ninguna copia.
En el propio álbum se atribuye la
autoría de las pinturas originales a Francisco Pacheco, sobre dibujos de
Claudio Coello, considerando que fueron ejecutadas en la década
de 1670, fecha en la que un incendio provocó grandes daños en la Casa de
la Panadería. No obstante, en la actualidad se piensa que que son más
tardías y que saldrían del pincel de artista Luis González
Velázquez, quien las habría ejecutado a mediados del siglo XVIII(1).
A pesar del concurso ya mencionado, la
redecoración de la Casa de la Panadería no se produjo hasta 1914, cuando
el pintor y ceramista Enrique Guijo llevó a cabo su obra en un estilo
neobarroco. Sin embargo, su obra tampoco resistió el paso del tiempo.
Finalmente, en el año 1988 se convocó un
nuevo concurso para renovar la decoración pintada. A este fueron
invitados diversos artistas como Guillermo Pérez Villalta, Sigfrido
Martín Begué y Carlos Franco, resultando ganador este último. Franco
ejecutó un proyecto basado en personajes mitológicos como Cibeles,
Proserpina, Baco o Cupido, y otras inventadas por el artista,
relacionadas con la historia de Madrid y de la Plaza Mayor.
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