lunes, 18 de enero de 2016

El Cine y Teatro Gran Vía

Originalmente Publicado el 9 de Junio de 2010.

Ya hemos hablado en este blog sobre la plaza del Callao, su historia y el proceso de derribo de los edificios que la circundaban para conseguir una plaza mucho más amplia, centro neurálgico de la nueva Gran Vía.
 

 Recordemos nuevamente su aspecto  con esta fotografía de 1915 tomada desde el mismo punto de vista que la que encabeza esta entrada (el edificio que se asoma a la izquierda es el que se encuentra al lado del Cine Callao) y detengámonos en uno de los inmuebles más característicos de la vieja plaza, a pesar de su breve vida.

 
 Escondido entre el caserío se asoma el Cine y Teatro Gran Vía, que es uno de los antecedentes de la tradición de la Gran Vía en ofrecer este tipo de espectáculos mucho antes de ser ella misma, antes incluso de la construcción de este cine ya que en este mismo solar, que ahora ocupa el chaflán del edificio Capitol, existió otro cine construido de madera y tela donde se ofrecía este incipiente espectáculo.

El Archivo de Villa conserva además varios proyectos de construcción de cinematógrafos para este solar propiedad del Ayuntamiento desde el derribo y expropiación de la casa que ahí existía. En uno de estos expedientes, datado en 1902, nos encontramos con esta nota de José López Sallaberry, creador del proyecto de la Gran Vía, que en su calidad de arquitecto municipal debía dar el visto bueno a la construcción de estas primitivas salas de cine. 


Por ella descubrimos que Sallaberry era contrario a la instalación de estos cinematógrafos (barracas de feria, las llama) en el centro de la ciudad ya que perjudican a su ornato aunque el arquitecto era consciente de que no se seguiría este criterio por lo que se limita a exigir al solicitante la inclusión de plano y memoria de la construcción para comprobar la calidad y seguridad de la misma.

Sin embargo, algunas de estas instalaciones estaban lejos de ser barracas y muchas de ellas tenían un encanto muy particular. Adjuntamos este precioso proyecto para este mismo solar en líneas modernistas.
 

 O este otro, algo más consistente pero con menos encanto y más  aparato.

 
 Los dos quedaron en proyecto, ya que lo que finalmente se levantó fue el teatro Gran Vía tras muchos problemas en la concesión de la licencia de apertura definitiva. 



Inaugurado en 1911, sólo sobreviviría 9 años. No deja de ser representativa la construcción de este teatro en medio de lo que iba a ser el trazado de la moderna avenida. Poca confianza debían tener sus promotores en la viabilidad de la nueva calle al hacer una inversión como la que representa la construcción de un teatro.

 

 La vista del teatro del interior y exterior del teatro nos hace ver que se trataba de una construcción de cierta importancia en el que en un primer momento se representaron obras de teatro, zarzuelas, como "La princesa rubia" de López Monis, Pontes y el Maestro Cabas en Abril de 1911 (en la imagen), y también proyecciones cinematográficas.



 También se utilizaron sus instalaciones para la organización de mítines políticos de tendencias republicanas como este del 10 de noviembre de 1912 en homenaje al pedagogo Francisco Ferrer, que había sido fusilado en 1909 por los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, tras un juicio sin las debidas garantías que generó grandes protestas incluso internacionales. 


O este otro mitin de tendencia conservadora, como este celebrado sólo una semana después, en memoria de José Canalejas recién asesinado en un atentado anarquista y que fue organizado por las Juventudes monárquicas. La fotografía muestra a los oradores de este último acto. Un buen entretenimiento para ratos muertos seria contabilizar el número de gorras en el mitin de las izquierdas versus el número de bombines y sombreros de ala en el de las derechas.



 Finalmente el teatro fue derribado en 1920, siendo uno de los últimos edificios de la zona en sucumbir arrastrado por la piqueta del progreso.



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