martes, 19 de enero de 2016

La estación de Metro de Sol en 1924

Originalmente Publicado el 20 de Diciembre de 2014.

Para el servicio de la estación de Sol de la línea Cuatro Caminos, se construyó el año 1917 en pleno centro de la plaza una marquesina que daba acceso a dos escaleras y un ascensor, quedando sitio para ubicar otro cuando las necesidades así lo dictaran.  

De esta manera, se conseguía que no sólo circulasen con entera independencia los viajeros a su entrada y a su salida, sino que más tarde pudiera prestar el servicio de la nueva estación de la línea Ventas-Puerta del Sol (futura línea 2 de Metro).


Cuando esta nueva línea comenzó a dar servicio en 1924, se dispusieron accesos suplementarios en las aceras del Hotel de París, del Ministerio de la Gobernación, y de la calle del Carmen, en previsión de las enormes masas de viajeros que se preveía iban a usarla. Además se estableció un enlace amplio, directo e independiente para los viajeros de “correspondencia” que transbordaran en la Puerta del Sol de una a otra línea.


Para dar cobijo a los viajeros de las dos líneas que entonces confluían en la estación de Sol, se construyó un gran vestíbulo o hall central, situado bajo las paralelas del tranvía, de planta rectangular de 11,00 x 12,00 metros y 4,55 metros de altura en cuyo centro se colocaron las taquillas de venta de billetes. A él convergían las escaleras de la marquesina central y las de las tres aceras del Hotel de París, Gobernación y Carmen.


Todos los pasillos y escaleras se dispusieron de tal manera que las tres grandes masas de viajeros, compuestas, primero, de los que entran desde la calle; segundo, de los que transbordan, y tercero, de los que salían a la calle, circulaban por trayectorias independientes a través de anchas galerías que directamente conducía a cada viajero a su destino.


Se pretendió que la decoración elegida para dar ornato a estos espacios fuera sobria, utilizando azulejos españoles de tonalidades claras en los revestimientos de bóvedas y muros, y acusando con los de reflejo de cobre las líneas principales de las arquerías y apilastrados. No obstante, la ornamentación del hall central se realzó pensando en que iba a ser el corazón de estas arterias y, a su vez, el corazón de Madrid.


Su principal elemento decorativo era un ancho friso de cerámica de Toledo, en altorrelieve, que ostentaba los escudos de las regiones españolas. En las claves de sus puertas principales de acceso campeaban los de la Provincia y Villa de Madrid, ornamentándose dichas puertas con cerámica y encasetonados de puro arte español. Toda esta cerámica estaba entonada en los finos matices de un gris azulado y los muros estaban cubiertos con mármol blanco y gris. El conjunto quedaba iluminado, además, por la luz cenital de su amplia claraboya de loseta prismática.



Fuente: Miguel Otamendi. Metropolitano Alfonso XIII: Línea Este-Oeste, trozo Ventas-Sol. Madrid (1924).

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