Originalmente Publicado el 11 de Febrero de 2010.
En nuestra última entrada al blog publicamos una información aparecida en la Revista Nuevo Mundo Fechada en el 6 de julio de 1905 sobre la recogida de «golfos». Hoy dedicamos estas páginas al otro sexo de la «golfería» a las que Nuevo Mundo dedicó otro artículo a la semana siguiente de la aparición del primero.
En nuestra última entrada al blog publicamos una información aparecida en la Revista Nuevo Mundo Fechada en el 6 de julio de 1905 sobre la recogida de «golfos». Hoy dedicamos estas páginas al otro sexo de la «golfería» a las que Nuevo Mundo dedicó otro artículo a la semana siguiente de la aparición del primero.
Al parecer las chicas mostraron una mayor resistencia al recogimiento
y a la pérdida de la libertad que los chicos que, recordaremos, hasta
se presentaban voluntariamente ante las autoridades para poder ser
recogidos. Las chicas desde luego que no. Según se comenta en el
artículo las chicas recogidas el primer día de las actuaciones se
negaron a bañarse, cosa que era obligatoria. Citamos textualmente el
artículo:
“Con toda clase de palabras mal sonantes protestaban contra la orden
de limpieza y echaban a correr prendiéndose alfileres en las mangas del
vestido para que no pudieran ser cogidas por los guardias. A tal punto
llegaron las cosas que no hubo otro remedio que la severidad. Las
rebeldes fueron condenadas a sufrir quincena. Gracias á esta enérgica
medida las que fueron llegando posteriormente se han ido sometiendo de
mejor grado a la vida del asilo, y este funciona ya regularmente con sus
clases organizadas”.
El colegio donde fueron internadas se encontraba en un hotelito con
amplio jardín situado en la Calle Zurbano 50 que antes de la recogida
fue inaugurado por la reina y las infantas Isabel v María Teresa que no
llegaron a ver, por tanto, a ninguna interna.
En esta casa la profesora Pía Ovieta se encargaba de “arrancar del
vicio y de la miseria á numerosas infelices, muchas de las cuales
llevaban mala vida más por efecto de las circunstancias y el abandono en
que se hallaban, que por inclinación natural”.
“Ahora se las enseñará á hacer trabajos manuales y se las acostumbrará á
las tareas caseras de fregado, cocina y limpieza, para que el díe de
mañana puedan vivir libres, pero honradamente”.
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